Al entrar, somos recibidos por dos de las "monjes budistas" del templo, que nos dan la bienvenida pintándonos el "tercer ojo" (AJNA) que simboliza la conciencia y el epíritu en la cultura budista y colocándonos un pañuelo al cuello al igual que hacen las gentes de Nepal para dar la bienvenida y mostrar gratitud.
Inciensos, música budista, velas...
Un ambiente perfecto para la reflexión y el "mantra".
Se respiraba un ambiente de paz y tranquilidad... Estábamos todos super relajados. ¡Qué sensación tan genial!
Y nos pusimos a pensar y a reflexionar sobre cuáles serían las enseñanzas que nosotros querríamos transmitir a los demás, sobre como vivir, como ser y estar en el mundo...
Cogimos cada uno un trozo de tela (los que van a ayudar a ambientar nuestro pequeño y particular templo)
y nos pusimos a escribir nuestra frase, nuestra máxima, nuestra enseñanza. Un modo de ver y entender el mundo.
Salieron cosas chulísimas, frases preciosas con muchísimo mensaje...
Y para finalizar, retomamos la posición inicial, en corro para poner en común visiones, percepciones y sensaciones sobre el taller y sobre cómo nos sentimos en este ambiente de relajación y meditación.
Hemos pasado un rato genial, chic@s, ha sido una experiencia muy agradable y llena de buenas vibraciones.
¡GRACIAS POR HACERLO POSIBLE!
Mañana, el Templo de Calleja abre de nuevo sus puertas para el siguiente equipo de "pensadores"
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